Procusto moderno

 Nos rodea la intolerancia,
el no soportar la diferencia, 
al diferente.
 

 Procusto moderno,
aparta de mí tu cáliz, 
no beberé de tu amarga hiel.

 Procusto moderno,
bebe tu lejía,
vive en tu palacio de oro,
en tu doble ático, y sobreático
comprados con comisiones 
indecentes.

 Y muere allí, en él.
Sé podredumbre allí, en él.
Y no nos vengas con tus utopías plausibles,
y hasta posibles. 
 

 Queremos, más bien,
un Henry George 
descentralista,
un Kropotkin
cooperativista.

 ¡Queremos vivir!

¡Queremos, incluso, morir!
¡Queremos ser dignos!
¡Queremos una cama!

 Una cama estándar, 
una urna canónica, 
queremos mirar al otro...
y vernos a nosotros..., reflejados.

 No queremos la Postmodernidad 
ni tampoco la Transhumanidad,
menos aún el Nihilismo
ni la bazofia esa que llaman IA.
¿El algoritmo? Puaf

 Procustos modernos,
mala gente que camina,
no emponzoñéis más.
No regurgitéis vuestro veneno.

 Menos Procustos, 

menos sierras

y más pedagogos a lo Voltaire.

¡Voto a tal,

voto a cuál!

¡Quiero hermanos, 

compañeros para este viaje cósmico!