lunes, 2 de marzo de 2015

A la caza de una manifestación estudiantil.

Granada, once y veinte de la mañana del jueves 26 de febrero. Los alumnos de secundaria y de universidad están convocados a huelga en protesta por el llamado Decreto 3 + 2 (grados de 3 años y másteres de dos), una situación que, de consolidarse, a todas luces condenará a muchos alumnos de familias de rentas medias y medias bajas a no poder hacer estudios superiores, y mucho menos de posgrado.

He cogido a mi hijo pequeño y he ido a buscar la manifestación estudiantil y unirme a ella. Está convocada para salir de los comedores universitarios a las doce de la mañana y llegar hasta la misma puerta de la Delegación Provincial de Educación.

Esto encontramos al inicio del paseo:

Pancarta llamando a la huelga a los estudiantes, situada en la reja que rodea a la Facultad de Ciencias.

Imbuido de ese espíritu crítico que siempre se le supone a la juventud, subo calle San Juan de Dios arriba, dispuesto a unirme a sus reivindicaciones. En ese momento, la siguiente imagen puede dar idea de cómo se podía definir mi entrega a la causa de los estudiantes:

Pintada al principio de la calle San Juan de Dios, viniendo desde la Gran Vía de Colón.
En definitiva, una entrega a corazón abierto.

Ya es hora de que la manifestación esté en marcha, pero no encuentro nada. En la rotonda de la bandera, encontramos, mi hijo y yo, a la policía local y sus lecheras preparadas:


Decido seguir buscando, por si se ha retrasado, así que decidimos caminar por el bulevar de la avenida de la Constitución. Comenzamos junto la escultura de Gonzalo Fernández de Córdoba y Enriquez de Aguilar, es decir, el Gran Capitán, así llamado, parece ser, por su dominio del dudoso arte de la guerra, y enterrado en el monasterio de San Jerónimo, no muy lejos de aquí.


Ya estoy pensando que me he de contentar, que no es poco, con un pequeño paseo cual turista que visita la ciudad. Al menos disfrutaré de algunos de los ilustres locales:

La excelente poetisa Elena Martín Vivaldi

Y, un poco más allá de Elena, el referente cultural de Granada, el poeta universal, tan explotado desgraciadamente por esta ciudad que parece no querer subirse a la realidad del nuevo milenio, como si toda su cultura tuviera que pasar, únicamente, por el gran poeta de Fuente Vaqueros:

Serena pose de Federico García Lorca

Ya vamos bajando por la calle Severo Ochoa, y de manifestación nada de nada. Llegando al lugar del que debía haber partido hace unos quince minutos, los comedores universitarios (conocido en la comunidad universitaria como el CEU) esto es lo que encontramos:



Seguimos bajando y comienza a oirse algo de murmullo pero la manifestación no debía echar por aquí, y, además, no se escuchan en absoluto las proclamas habituales. Nos asomamos a la verja de la Escuela de Arquitectura Técnica y...:



..., los alumnos desayunando (?) a las doce y veinte de la mañana.

En definitiva, al menos en la ciudad de Granada, la manifestación brilla por su ausencia. Es una pena, porque hay motivos de gran importancia para hacerse oir delante de las autoridades educativas. Si los alumnos piensan que no es así, que lean la siguiente noticia y vean lo que el Ministerio de Educación publicaba en el BOE (24 de febrero) mientras ellos estaban, esperamos, en clase:

http://politica.elpais.com/politica/2015/03/01/actualidad/1425226748_316076.html



4 comentarios:

  1. Es una triste lástima, el futuro que los políticos están dejando a nuestros hijos. Son reformas, que no mejoran la calidad en absoluto, sino regresan a antiguos modelos que ya fracasaron. No obstante los estudiantes actuales no se asocian (por lo menos en Granada como usted ponía en fotos). Esperemos que otras políticas futuras establezcan las bases adecuadas para una educación sostenible y que garantice los derechos básicos de calidad educativa. Un saludo cordial.

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    1. Mi apreciado anónimo:
      Me interesa ese concepto al que llamas "educación sostenible". ¿Qué quieres decir?
      Un saludo afectuoso.

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  2. Antonio Rodríguez Castillo.

    He terminado de leer este artículo y la verdad es que pienso exactamente lo mismo, es como si yo mismo lo hubiese escrito. Pienso que nos estamos volviendo muy conformistas en cuanto a este tema y creo que los alumnos, cada vez más, preferimos quedarnos durmiendo o haciendo asuntos similares antes que salir a las calles y reivindicar nuestros derechos que es como únicamente podemos conseguir algo.

    Realmente si nosotros, los alumnos, no salimos a manifestarnos y a acabar con esto nadie lo va a hacer por nosotros y cada vez adoptaremos una posición más pasiva. Lo que debemos de dejar claro es que los ciudadanos somos quien realmente tenemos el poder y debemos de demostrarlo.

    Pero por desgracia creo que nos estamos convirtiendo en títeres del poder, marionetas que los altos cargos del gobierno manejan a sus anchas debido a que cada vez nos mostramos más inactivos ante cada escándalo y cada nueva reforma que impone este gobierno, y no es por ser catastrofista, pero, si no cambiamos esto, nos espera un futuro más que negro.

    Todo esto, claro está, desde mi más humilde opinión.

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    1. Mi apreciado alumno:

      Gracias Antonio por lo que tú llamas "mi más humilde opinión", que no es, sino, la opinión más necesaria en este tema. Y es así porque, efectivamemente, sois vosotros, los alumnos y, en particular los de secundaria, los que más podéis perder si la educación es mal gestionada por los nuestros políticos, y, también, los que más podéis ganar si conseguís reivindicar con fuerza vuestro derecho a una educación pública, universal, accesible para todos y, por supuesto, de máxima calidad. Hay que reivindicarse, y, los días de huelga, salir a la calle y hacer oir ese clamor popular ante el que el político de turno no podrá hacer oídos sordos.
      Un saludo afectuoso.

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