viernes, 14 de octubre de 2016

El Señor de los Anillos (1)

Comienza el otoño, tiempo de melancolía. Y desde este sentimiento tan humano me propongo un reto que querría que fuese gozoso, pero de cuyo éxito no estoy nada seguro: sumergirme en el libro de Tolkien para comprobar si me produce las mismas sensaciones que hace 25 años. Adentrarme en la Comarca, ir hacia Bree pasando el Puente del Brandivino, la posada del Poney Pisador, las Montañas Nubladas, Rivendel, etc. Y, por fin, la melancolía final: ¿se me encogerá el corazón de igual manera que entonces al embarcar con Frodo en los Puertos Grises?

Para uno mismo, los Puertos Grises se van acercando inexorablemente. Así es que hay mucho en juego: la confirmación de una ilusión, o la de una desilución confirmada.
El Señor de los Anillos ha sido leído por mucha gente desde que al fin apareció impreso, y me gustaría decir algo aquí a propósito de las muchas opiniones o atisbos que he recibido o leído en relacion con los motivos y el significado del relato. El primer motivo fue el deseo de un cuentista: probar la mano en una historia realmente larga que mantendría la atención del lector, lo divertiría, lo deleitaría, y a veces quizá lo excitaría o lo conmovería profundamente. (...) Algunos de los que leyeron el libro (...) lo han encontrado aburrido, absurdo, o despreciable; y yo no tengo por qué quejarme, pues pienso casi lo mismo acerca de sus obras, o de los tipos de libros que evidentemente prefieren. (...) Quizá no sea posible en un relato tan largo contentar de continuo a todo el mundo; pues descubría en las cartas que me enviaban que los pasajes o capítulos que para algunos eran un defecto, eran para otros motivo de alabanza. El más crítico de los lectores, yo mismo, encuentra ahora muchos defectos, menores y mayores, pero (...) no los tendré en cuenta, excepto uno que ya ha sido señalado por otra gente: la obra es demasiado corta. [El Señor de los Anillos, J.R.R.Tolkien, Ed. Minotauro, 2006, Prefacio, pp. 10, 11]
Recuerdo, cuando joven, mi terror a la mitología de Tolkien. Pensaba que sería farragosa y de difícil aprehensión. Ahora veo que no tenía nada de importancia, y que la propia historia del Anillo, su "encuentro casual" con Bilbo, la increíble aventura con Frodo, el Monte del Destino, Sauron, y todo lo demás, conformaban un todo junto con El Hobbit, completo y suficiente en sí mismo. Releo con más atención el prefacio y confirmo esta idea, y también echo al cubo de los papeles inservibles aquella otra que alguien me había comentado en algún momento: el autor había ido escribiendo la historia mientras se desarrollaba la II Guerra Mundial, y la guerra del Anillo era un trasunto de aquella:
En cuanto a algún significado interior o "mensaje", no hay ninguno en las intenciones del autor. A medida que la historia crecía, iba desarrollando raíces (en el pasado) y echaba ramas inesperadas; pero el tema principal ya estaba decidido en un comienzo por la inevitable elección del Anillo como estabón entre la nueva historia y El Hobbit. El capítulo crucial, "La sombra del pasado", es una de las partes más viejas de la narración. Fue escrito mucho antes de que las prefiguraciones de 1939 se hubieran convertido en una amenaza de desastre inevitable; y desde ese punto la narración se desarrollaría esencialmente a lo largo de las mismas líneas, si el desastre llegaba a evitarse. Las fuentes son episodios que yo llevaba en la mente desde hacía tiempo, o que en algunos casos ya habían sido escritos, y poco o nada de esto fue modificado por la guerra que había estallado en 1939 o por sus secuelas.
 La guerra real no se parecía a la guerra legendaria, ni en su proceso ni en su conclusion. Si hubiese inspirado o encaminado el desarrollo de la leyenda, entonces, por cierto, el Anillo habría sido utiizado contra Sauron; no habría sido aniquilado sino esclavizado, y Barad-dûr hubiera sido ocupada y no destruida. Saruman, como no puede apoderarse del Anillo, envuelto en las confusiones y traiciones de la época, hubiera encontrado en Mordor los eslabones perdidos de sus propias investigaciones sobre la historia del Anillo, y no habría tardado en fabricar un Gran Anillo propio con el que podría desafiar al Señor de la Tierra Media. En ese conflicto ambos bandos hubieran odiado y despreciado a los hobbits; no hubieran sobrevivido mucho tiempo ni siquiera como esclavos. [Ibíd. pp. 11, 12]

miércoles, 5 de octubre de 2016

El coste de oportunidad desde la poesía.

Se propone al alumno leer el siguiente poema, sobre cuya autoría hay bastante confusión, y responder a las preguntas que se hacen a continuación. 

El autor de este blog atribuye más credibilidad a la idea de que lo escribió la persona que figura al pie del poema, y no Jorge Luis Borges, el gran escritor argentino, a quien se suele atribuir.

  Si pudiera vivir nuevamente mi vida, 
  en la próxima trataría de cometer más errores.
  No intentaría ser tan perfecta, me relajaría más.
  Sería más tonta de lo que he sido,
  de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
  Sería menos aséptica.
  Correría más riesgos,
  haría más viajes,
  contemplaría más atardeceres,
  subiría más montañas, nadaría más ríos.
  Iría a más lugares adonde nunca he ido,
  comería más helados y menos habas,
  tendría más problemas reales y menos imaginarios.

  Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
  solo de momentos; no se pierdan el ahora.

  Pero ya ven, tengo 85 años...
  y sé que me estoy muriendo.

                                                                   Nadine Stair
                                                        Louisville, Kentucky


Como ves, el texto habla del coste de oportunidad, lo perdido o dejado de hacer cada vez que elegimos seguir un camino y no otro. ¿Qué costes de oportunidad cree Nadine que ha pagado a lo largo de sus 85 años?

Dice Nadine que si volviera a vivir "(...) haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas (...)" ¿Por qué crees que no lo ha hecho?

Cuando la autora dice que "tendría más problemas reales, y menos imaginarios", ¿a qué problemas imaginarios crees que se está refiriendo?






martes, 24 de mayo de 2016

¿Está la Política fiscal en manos del Gobierno español, hoy por hoy?

En nuestro libro de texto (página 215, Tema 11. Las políticas económicas: La política fiscal.), podemos leer:

"Con la política exterior y la monetaria en manos de la UE, la política fisacal se ha convertido en el principal instrumento de los países miembros para intervenir en eus propias economías."

Estimado alumno, lee la siguiente noticia y realiza las siguientes actividades:

Primero: Realiza un resumen del siguiente contenido: ¿En qué consiste la Política fiscal?

Segundo: Responde, de la manera más reflexiva posible, a la siguiente pregunta: ¿Podemos seguir estando de acuerdo con la frase anterior de nuestro libro de texto?

Rajoy promete a Bruselas más ajustes si gana las elecciones[1].

"Una vez que haya un nuevo Gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas", le escribe el presidente en funciones a Juncker en una carta a la que ha accedido EL PAÍS.

Un “contexto político complejo”: esa es la principal baza del Gobierno para explicar los incumplimientos del déficit y tratar de evitar una sanción, según la carta que Mariano Rajoy ha enviado al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En la misiva, el presidente defiende los esfuerzos realizados por España y se compromete a rebajar el déficit “en el difícil entorno político actual y a pesar de estar en funciones”. Rajoy ha descartado reiteradamente en público recortes adicionales, más allá del acuerdo de no disponibilidad de gasto, pero por escrito traslada otra agenda a Bruselas: “En la segunda mitad del año, una vez que haya un nuevo Gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas”, se compromete.

“Querido Jean-Claude”, comienza Rajoy una misiva de cuatro páginas datada en Madrid el 5 de mayo, poco antes de la decisión de Bruselas de posponer hasta julio el procedimiento que puede acabar en una multa por incumplir las metas fiscales. España cerró 2015 con un déficit del 5,1% del PIB, 10.000 millones de euros por encima del objetivo, y se expone a una sanción de hasta 2.100 millones. Pero, de momento, ha conseguido ganar tiempo. Juncker, personalmente y contra la opinión de varios miembros de su gabinete, prefirió aplazar la decisión hasta después del 26-J tras recibir esa carta: “Hemos concluido que no es el momento político adecuado para dar este paso”, se justificó hace unos días el comisario Pierre Moscovici. 

Una vez conseguido ese aplazamiento para minimizar las interferencias de Bruselas, el objetivo de La Moncloa es evitar la multa o, al menos, rebajar su importe: conseguir que la sanción no sea una mancha en la hoja de servicios de Rajoy. Para ello, el presidente no ha dudado en involucrarse personalmente en ese asunto, con varias llamadas al más alto nivel y, sobre todo, con esa misiva, cuya existencia fue adelantada en su día por EL PAÍS y cuyo contenido se desvela ahora íntegramente. En ella ofrece sus argumentos para sortear la multa y llega incluso a optar por la estrategia de comprometerse a futuros ajustes.



 
España confía en evitar la multa del déficit. 
 



La Comisión Europea prefirió esperar a las elecciones para tomar una decisión sobre el procedimiento de infracción por déficit excesivo, que puede acabar en una multa millonaria. Bruselas y Madrid dan por hecho que la UE anunciará a primeros de abril que España no ha tomado “medidas efectivas” para cumplir con las reglas. El Ecofin debe votar esa evaluación, probablemente en junio, pero quizá espere también a que pase EL 26-J. Bruselas tendrá entonces 20 días para fijar el importe de la sanción, que después deberían aprobar los ministros de la UE por mayoría cualificada. 
 
Pese a que el ministro Luis de Guindos daba por hecha la multa hace unas semanas, Madrid se decanta ahora por una “sanción de cero euros” o incluso por la posibilidad de que ese procedimiento “se cancele”. “Europa tiene problemas más acuciantes que unas décimas de déficit en España: el Brexit, Grecia, los populismos asomando en varios países y la frágil recuperación”, según las fuentes consultadas. “España ha hecho reformas, ha rebajado el déficit desde más del 10% del PIB, crece muy por encima de la eurozona, e incluso Berlín apunta a que la multa a España ya no es un asunto central”, afirman las mismas fuentes. 
 
Rajoy subraya el esfuerzo realizado en la última legislatura, y termina prometiendo medidas para inmediatamente después de las elecciones. El líder del PP viene diciendo en público, desde hace semanas, que no hacen falta recortes adicionales, más allá del acuerdo de no disponibilidad de gasto para 2016, que supone un ahorro de unos 4.000 millones entre la Administración central y las autonomías, y que podría ampliarse a 2017. Pese a que Bruselas pide recortes de unos 8.000 millones, Rajoy ha llegado incluso a mostrarse favorable a una futura rebaja de impuestos. 
 
Por escrito, ese discurso es muy distinto: “Conscientes de la necesidad de salir del procedimiento por déficit excesivo cuanto antes, en la segunda mitad del año, una vez haya un nuevo Gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas, si se requieren, para cumplir con el objetivo”, manifiesta Rajoy en una carta a la Comisión que La Moncloa no ha querido hacer pública. 
 
Y junto a esas promesas, los culpables. El presidente achaca a las autonomías el desvío presupuestario de 2015. El calendario electoral, con autonómicas y locales en mayo y generales en diciembre, llevó a “desvíos presupuestarios en las Administraciones regionales muy notables”, dice. Por contra, presume de que la Administración central sí cumple el objetivo, “compatibilizando además con rebajas de impuestos”. Bruselas le ha afeado esa rebaja fiscal de 2015: se hizo con el segundo déficit más abultado de la UE, una deuda pública del 100% del PIB y una presión fiscal que está lejos de la media europea. El presidente en funciones apunta que desde 2012 su Gobierno “ha realizado acciones efectivas adecuadas” para cumplir con las reglas “en línea con lo acordado”. Sin embargo, el Ejecutivo ha incumplido reiteradamente las metas pactadas. Termine como termine la multa, Bruselas está decidida a iniciar el procedimiento precisamente por “falta de medidas efectivas” en 2015 
 
Rajoy reitera a Juncker la idea del “contexto político complejo” para evitar males mayores; la idea, según su equipo, es que señalar a España con la multa daría alas a opciones políticas que provocan recelos en la propia Comisión. Madrid, en fin, reclama que “se miren todas las actuaciones en los últimos cuatro años” y que “la valoración no se ciña únicamente al mero ámbito presupuestario”. Con una multa “se daría la paradoja de que un país que ha hecho un gran avance en múltiples ámbitos de la política económica pudiera ser el primer país sancionado”. “No sería un buen precedente que se penalizase de igual manera a aquellos países que reforman sus economías que a aquellos que no lo hacen”, añade. 
 
El presidente saca brillo a las reformas aprobadas —y hace mención especial a la reforma laboral de 2012—, pero el énfasis ya ha cambiado: “La estabilidad y la mejora del bienestar social son los objetivos esenciales de la política económica de la UE”, dice en un guiño casi keynesiano. 
 
España explica el incumplimiento fiscal de 2015 por la baja inflación que diezma los ingresos públicos, la ralentización global y el “calendario electoral”. Pese a la voluntad de reducir el déficit por debajo del sacrosanto 3% del PIB “en 2017, a más tardar”, el mandatario se muestra “consciente de las dificultades de hacerlo en el difícil entorno político actual. Las citadas “dificultades” y el hecho de estar “en funciones” no le impiden cerrar la misiva con la promesa de “nuevas medidas” en cuanto haya nuevo Gobierno. 
 
Los recortes no están en el programa del PP[2]. 
 
Los recortes en políticas sociales y en salarios de funcionarios, que fueron las primeras dramáticas medidas que tomó Mariano Rajoy en cuanto llegó al Gobierno en diciembre de 2011, no figuran ahora en el programa del PP para el 26-J como no lo hicieron para la campaña del 20-D. El presidente en funciones no admite que vaya a tener que aplicar esos ajustes ni en público ni charlas informales más privadas. 
 
Cree y defiende que la Comisión Europea y sus socios, especialmente la alemana Angela Merkel, valoran las reformas aplicadas estos años y, sobre todo, el nivel de crecimiento y creación de empleo de los últimos ejercicios. España crece por encima del 3% y generó más de 575.000 empleos el curso pasado y Rajoy presume de que esos niveles están en la cima entre los principales países de Europa.
 
El jefe del Ejecutivo explicó el jueves en Palma, y el viernes lo hizo su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros, que será suficiente para cumplir con los objetivos de déficit marcados con seguir las mismas políticas que hasta ahora, crear en torno a medio millón de empleos en los próximos cuatro años y continuar en los próximos presupuestos con los ajustes de no disponibilidad de 2.000 millones de euros ya cerrados para este año. Ese tijeretazo se le reclamará igualmente a las autonomías. Rajoy aventura que por esa senda podría llegar a bajar los impuestos incluso en dos años. 




[1] Fuente: Diario El País (www.elpais.com), 23 de mayo de 2016. Información de Claudi Pérez desde Bruselas.
[2] Información de Javier Casqueiro.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Reflexiones desde la Economía crítica (IV): Inside Job (Charles Ferguson, 2010), la película que costó más de 20.000.000.000.000 de dólares. Una guía para verla.

Desde mi punto de vista, una de las mejores explicaciones del origen de la crisis financiera que gran parte del mundo desarrollado viene padeciendo desde el verano de 2008 (momento en que estalló el escándalo  de las hipotecas subprime, o hipotecas basura en la enormemente capitalista economía financiera estadounidense) se encuentra en la película-documental Inside Job, que el director Charles Ferguson nos presentó en 2010. Otra de las virtudes de este trabajo es presentar, con pruebas que podemos calificar como de investigación periodística, a algunos de los responsables de la crisis.



Así es como sucedió (se expone un resumen de la presentación de la película):

Islandia: 
Población: 320.000 personas.
Producto Interior Bruto: $13 billones (13.000 millones; 1 billón americano equivale a nuestros 1.000 millones).
    En Europa: 1 billón = 1.000.000.000.000, es decir, 1 millón de millones).
    En Estados Unidos = 1 billón = 1.000.000.000, es decir, 1000 millones).
Pérdidas bancarias: $100.000.000.000. 

España (2011):
Población: 47.000.000 de personas.
Producto Interior Bruto: $1.476.900.000.000 (1,4769 billones).

Islandia, en el año 2000 inicia una política desreguladora. Se privatizaron los tres principales bancos y en los cinco años siguientes pidieron prestado $120.000.000.000, aproximadamente diez veces el tamaño de la economía del país (120.000.000.000/13.000.000.000 = 9,23 veces, para ser exactos).

Se produjo una burbuja en la que las acciones multiplicaron su valor por diez, mientras que las casas lo hicieron por algo más de dos.

Los bancos crearon fondos monetarios y aconsejaron a los que tenían depósitos personales que los pasaran a dichos fondos. Obviamente, el esquema Ponzi estaba servido en bandeja de plata.

Las agencias de calificación americanas dieron máxima calificación a los bancos islandeses: triple A (AAA), en febrero de 2007.

Resultado: a finales de 2008, la banca quebró,
                                               el paro se triplicó en 6 meses,
                                               muchas personas perdieron sus ahorros, y
                                               la autoridad reguladora del sistema financiero islandés no protegió a los
                                               ciudadanos, con el añadido de que un tercio de los reguladores pasaron
                                               a trabajar para los bancos.

(Fin de la presentación)