sábado, 16 de mayo de 2020

Bondades de haber crecido en un entorno rural (2)


Que en un enero de 2020 tu hermano te envíe esta foto de la Ermita de La Colonia, anejo de Cuevas del Campo, y te haga recordar aquellos años de finales de los 70 y década de los 80 del siglo pasado, en que las nevadas eran tan copiosas como ésta aunque mucho más frecuentes. Era verdaderamente increíble detectar, ya desde la cama, (para eso los niños siempre han sido unos linces) ese frío y esa calma típicos del día que amanecía con el manto blanco. ¡No hay cole!  La felicidad era completa. Una vuelta más en la cama, bajo el calor de las mantas y, enseguida, arriba para ir a la calle y jugar, jugar, jugar. ¡Cuánto se jugaba en mi infancia. y siempre fuera, siempre! Ayer fue 15 de mayo, San Isidro, patrón del pueblo, y este año ¿qué?, ni disfrutar un poco de la feria se ha podido. En este anejo ayer mismo se debía de haber celebrado la Romería. Nunca fui muy dado, pero está claro que para la mayoría de ciudadanos siempre ha sido un día grande. No ayer ¡Maldito virus que nos tiene confinados!



Que ese mismo día te envíe esta otra, de la parte trasera de la casa de los padres, que era tu casa en aquella infancia tan remota, y no la reconozcas de inicio, porque el blanco embellece tanto que ni siquiera eres capaz de darte cuenta de que se trata de esa placita anodina con la que el ayuntamiento quiso embellecer una zona en la que parecía que se iba a urbanizar pero que luego, con la pérdida de población de los años 90 y de los primeros dos mil, ya no fue así, salvo alguna que otra casa y no más. Queda una pequeña muestra del trabajo de la Escuela Taller Los Aljibes, que en este lugar dio algunas clases prácticas de alfarería a sus alumnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.